¿Se puede ver la antigüedad de un documento?
Es fundamental saber que independientemente de la incógnita documental que el cliente tenga entre manos, ésta nunca puede ser resuelta mediante una llamada telefónica debido a que no hay dos casos iguales.
Tampoco es válido el hecho de llamar al perito con ideas preconcebidas, consecuencia de un compendio de artículos genéricos de la red en los que no se alude a ningún caso concreto.
Por tanto, a pesar de ser muy fácil para mí y tedioso para ustedes, en lo referente a la conservación documental, podría caer en la tentación de enumerar y explicar los efectos del almacenaje, efectos de microorganismos sobre el soporte, o el enorme muestreo de tintas necesarias. Pero creo necesario hacer un llamamiento al pragmatismo, pasando directamente a la conclusión de los estudios realizados hasta la fecha: Los factores intervinientes son tan cuantiosos como imprevisible su comportamiento en diferentes entorno ambientales.
Artículos relacionados con la antigüedad documental y escritural:
El cincel de una vida en la historia.
El precio
– ¿Éso es lo que vale el informe?
Esta respuesta tan común, me hace pensar que con tal de reducir costes, hay a quien le bastaría un papel arrugado en el que figure la conclusión deseada, con tal de presentar batalla en los tribunales. Pero el hecho de obviar el análisis previo significa que el factor predominante ha sido la oferta más suculenta para la realización de dicho estudio.
Es cierto que no siempre lo que más cuesta es mejor, sin embargo muchas veces lo barato sale caro, y más en procesos judiciales que pueden suponer un gasto económico y personal.
Por ello, me viene a la cabeza la sentencia de un viejo tratado rabínico, que considero adecuada al caso: En él se marcaba la diferencia entre médicos que trabajaban únicamente para nobles, los que curaban a los sacerdotes del templo, y aquellos de precios irrisorios considerados como inútiles.
Afortunadamente no vivimos en una época ni sociedad tan anquilosada, de hecho los informes no tienen porqué ser caros, ya que en nuestro gabinete procuramos ajustarnos al cliente, pero eso no quiere decir que un trabajo de calidad tenga el mismo precio que uno mediocre.