CUANDO HABLA EL SUBSCONSCIENTE
Cuando alguien llega al despacho negando la firma de la que es acusado, alegando que en dicho documento figuran su nombre y sus dos apellidos, en vez de uno como en su D.N.I, inmediatamente pienso en aquellos casos en los que una persona dice una cosa al tiempo que da a entender otra, pues la insistencia en un aspecto fácilmente perceptible como la del apellido, revelan algo sobre su autoría, que suele verse confirmada en el cotejo posterior.
Pero más allá de lo que nos enseñe la experiencia, el hecho de sorprendernos a nosotros mismos evitando decir determinadas cosas, o disfrazando nuestra propia escritura, son caras de la misma moneda; porque en dichas acciones impera el subconsciente; que es como la nada que comienza a ganarnos la partida a partir de unos breves instantes de cansancio, para adueñarse de nuestra capacidad de concentración.
Por ello, para realizar un estudio pericial caligráfico, el especialista debe contar con el mayor número de muestras graficas posible, especialmente si hablamos del cuerpo de escritura; prueba en el que subconsciente cobra mucha importancia, debido a la incapacidad de concentración permanente de la persona que la realiza.
Para el especialista, los errores ocasionados por el subconsciente son como el lapsus calami en un texto con erratas, pero con la diferencia de que los errores plasmados sobre el papel son gestos tipo, en lugar de palabras mal escritas
El lapsus calami es un error mecánico que se produce de manera involuntaria que se comete al escribir, mientras que su equivalente, el lapsus linguae, tendría lugar en el ámbito verbal.
