Cuando escuchas hablar a los padres, de cual es el momento en que sus hijos deben comenzar a hablar, oyes cosas muy diversas y en muchas ocasiones incorrectas.
Como logopeda cuando escucho la frase “Me han dicho que deje al niño, ya hablará” “Espera a que tenga 20 palabras” “Yo comencé a hablar a los cuatro años” Te das cuenta de la poca información que tienen las familias. Pero resulta más problemático cuando el comentario lo realizan personas en que su trabajo esta relacionado con los niños.
Debemos de tener en cuenta que cada niño es diferente y su desarrollo madurativo también, cada uno sigue su propio ritmo.
Conocer las étapas del desarrollo del lenguaje ayudará a los padres a identificar posibles anomalías o retrasos.
Es muy importante llevar al niño cuanto antes al logopeda.
En muchas ocasiones los pequeños acuden al logopeda tardíamente, con déficits que se podrían haber resuelto, no interfiriendo en su desarrollo integral.
Las primeras palabras deberían aparecer alrededor de los 12 meses. Observar al niño como reacciona ante estímulos sonoros, como responde a los ruidos de su alrededor, ver como realiza sus juegos, como interactúa con los objetos, nos da pistas sobre su desarrollo. El niño desde muy pequeño se comunica con todo lo que le rodea.
A partir los 12 meses ya es capáz de imitar esquemas familiares en respuesta a un adulto (adiós, palmadas…) y también esquemas no familiares, sin el modelo presente (acariciar a un objeto, dar de comer, peinar…) El desarrollo del lenguaje va asociado a los juegos, por eso es tan importante que los padres observen estos momentos.
Los hitos del desarrollo que los padres deben observan en el desarrollo comunicativo de sus hijos:
Primer año y medio de vida: Los bebés emplean estrategias cada vez más sofisticadas para comunicarse con los padres. De los llantos más iniciales se pasa a las sonrisas como reclamo, los gorjeos, la anticipación gestual ante los primeros juegos (cucú-trastrás) y al juego con los sonidos a través de secuencias sonoras. Éstas incluyen primero a las vocales para después progresar al uso de consonantes y más tarde combinar ambos elementos. Es momento para los primeros juegos, intercambios comunicativos y la socialización de los bebés. Si al año y medio el niño sólo usa vocales es el primer síntoma de que algo no va bien.
Entre los 18 y los 24 meses: Según señala Acosta,es una etapa muy importante porque los niños ya comienzan a usar palabras. A esta edad emplean varias palabras y empiezan las primeras combinaciones de dos palabras que constituyen ya los inicios incipientes de la sintaxis. La falta de combinación de palabras es un marcador clínico claro de que el niño es candidato a sufrir un trastorno del lenguaje.
De los 2 a los 4 años: es la etapa de la explosión lingüística, en la que se emplea cada vez más vocabulario y que permite que de un mes para otro los niños puedan aprender a realizar oraciones simples (sujeto, verbo y objeto).
A partir de los 4 años: la construcción del lenguaje oral es más elaborada y a los 5 años ya existe una complejidad que les permite contar experiencias y narrar pequeñas historias.
Según señala Acosta, a partir de los 3 años existen ya instrumentos de evaluación del lenguaje potentes que permiten detectar problemas de producción y comprensión. En esta etapa es clave que el niño tenga interés por comunicarse y que se sucedan de forma normal los hitos del desarrollo del lenguaje: construcción de vocabulario, combinación de palabras, explosión lingüística y frases cada vez más elaboradas.
Cuando el niño presenta dificultades en le habla, tanto a nivel comprensivo expresivo, va a repercutir en su entorno más próximo, tanto familiar como social.
Surgen problemas de comunicación en distintintos ámbitos.
En la familia no lo van a entender y el uso exclusivo de gestos hará que el niño no se esfuerce y se acostumbre a la situación.
En la escuela surge la falta de comunicación entre iguales,. Todo esto le va afectar a nivel emocional, no se le entiende y las repeticiones consecutivas de lo que dice, le van a resultar agobiantes. Este retraso va a repercutir en la lectura y la escritura, además el lenguaje es fundamental para el desarrollo cognitivo del niño.
Cuando los niños empiezan a hablar, debemos estar atentos por si manifiestan alguna alteración, y en caso de duda acudir a un logopeda para que detecte y evalue los posibles trastornos del habla y lenguaje.
Autor: María Esther Vázquez Sánchez
Web: www.logopedabenavente.com