UNA MALA EXPERIENCIA

UNA MALA EXPERIENCIA

Perito Caligrafo Madrid, Grafologo, ARD Gabinete Pericial Caligrafico

Tal vez pequé de desconocimiento, o de inocencia; pero con la distancia que dan los años, continúo sin saber si obré correctamente.

Recuerdo que aquel verano fui designado como perito calígrafo por un juzgado de Madrid, y como se hace habitualmente en las insaculaciones, comencé por acudir a dicho juzgado para evaluar la materia de estudio, y firmar el ACTA DE ACEPTACIÓN.

Todo iba según lo previsto, hasta que una tarde, recibí la llamada de uno de los implicados en el proceso, para comunicarme que había contratado a uno de mis profesores como perito de parte, yo me zafé de aquella situación como pude: le dije que no sabía si haría el trabajo, porque aún no había recibido la provisión de fondos.

Efectivamente, ya había escuchado hablar de ese tipo de situaciones en las que se trataba de presionar al perito judicial, y aunque no me pareció normal lo que me acababa de suceder, decidí dejarlo pasar.

Cuando días más tarde, se puso en  mi conocimiento el ingreso de  la provisión de fondos en la cuenta del juzgado, y acudo a recoger las pruebas que allí se me aportaban, el funcionario que llevaba el procedimiento, me comunica que en una cafetería cercana, me esperaba la persona que días antes me llamó para entregarme nuevos documentos.

Lo primero que se me pasó por la cabeza eran los problemas que me acarrearían el hecho de aceptar dichas firmas indubitadas, pues además estaría poniendo en duda  la legitimidad de los documentos que acababa de recibir del mismo juzgado.

A partir de ese momento, cuando mostré mis dudas sobre aquella forma de actuar, o pedía explicaciones sobre el por qué habría de recibir documentación de un particular cuando se suponía que me los proporcionaría el juzgado, no recibí más que malos modos y gritos por parte del funcionario, ante el desconcierto de los allí presentes.

El día del juicio, mi antiguo profesor y yo coincidimos en los pasillos del juzgado, y aunque finalmente el procedimiento se decidió a favor de mi estudio, ninguno de los dos fuimos llamados para confrontarlo.

Para mí fue un caso tan irregular, que creí que algo se me escapaba, y se estaban dando circunstancias excepcionales que justificaban la recogida de documentación fuera del juzgado, pero por mucho que piense, no encuentro motivo para los malos modos, o las presiones recibidas.

Autor: Alberto Repiso, Perito Calígrafo Grafólogo

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