CASOS INFANTILES EN LA PERICIA
Tras un largo intercambio de correos, el hombre me llamó para explicarme que la dirección del centro donde estudiaba su hijo de 10 años, responsabilizaba a éste de una serie de notas anónimas dirigidas a una compañera de clase.
Sucesos como éste cobran especial importancia hoy en día, porque aunque siempre se hayan escrito notas entre compañeros de clase, estamos en una época en que se han cruzado demasiadas líneas rojas en muy poco tiempo.
Pero volviendo al caso ¿Cuáles son las diferencias entre los manuscritos de un adulto y los de un niño para un posterior cotejo?
El observador profano, verá en el trazado adulto, agilidad y seguridad en la ejecución, mientras que el niño está inmerso en un periodo de aprendizaje que se llevará a cabo mediante la práctica reiterada del ejercicio de la escritura.
Pero desde un punto de vista más concreto, se aprecia que independientemente de que la letra del adulto sea caligráfica o se acerque a los cánones de la escritura tipográfica, ésta poseerá una serie de personalismos intransferibles, mientras que el niño, que todavía sigue las pautas aprendidas 4 o 5 años atrás, también ve en sus mayores una escritura que le parece más atractiva, y por ello la trata de imitar.
Pero llegando al cotejo entre manuscritos, además de incidir en los rasgos más llamativos, deberíamos tomar como referencia los test de madurez gráfica, donde diferenciaremos aquellos con una mayor agilidad en lo que se refiere a la motricidad fina, o los que más la trabajan.