Artículo de : PERITOSCALIGRAFOSONLINE
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¿Quién no conoce El Corte Inglés? Estamos cansados de ver su logotipo en todas partes.
Se trata de una empresa tan señera y potente como para permitirse el lujo de adelantar el inicio de la Primavera.
Entre sus peculiaridades destaca un logotipo de aspecto cuasi caligráfico que le confiere esa gracia especial alejada de la frialdad deshumanizada y distante de otras megaempresas.
Análisis caligráficos.
Por ello, su marca ha sido objeto de algunos estudios grafológicos que destacan la ligazón, horizontalidad, preponderancia de los trazos curvos y abundancia de bucles como signos de cercanía pero también de ambición, rasgos sinuosos que contrastan con la angulosidad del triángulo en el que se encuentra inscrito, que a modo de vector, denota dirección, voluntad férrea, servicio y, tambien, cierta agresividad.
Quizá esos análisis no han reparado en otro elemento psicológico que se esconde tras la extrema fluidez del trazo. Nos referimos a esa calidad casi textil de los grafemas que parecen construidos a base de hilo o de cordel, una sensación acentuada por la forma triangular que, a modo etiqueta o insignia, pide a gritos ser cosida o prendida. En todo ello parece aflorar de manera inconsciente el espíritu característico de la marca: una laboriosidad implacable, presente desde que era una tienda modesta. ¿Puede haber algo más laborioso que la minuciosidad de las puntadas que recorren un buen traje? ¿No es lógico deducir que ese buen hacer habría de traducirse en una escritura igualmente minuciosa y elaborada?
Pero no nos detendremos más en ello. Nuestra intención es otra.
El logotipo y su evolución.
Atendiendo a su evolución en las hemerotecas (ABC), inicialmente, el diseño gráfico de la marca resultó ser algo irrelevante, supeditado al mensaje a transmitir: la calidad de la actividad efectuada.
A pesar de su monstruosa expansión, la empresa ha seguido haciendo honor a sus sencillos comienzos, conservando como nombre comercial un tipo de corte textil. No debe olvidarse que nació en la sastrería adquirida en 1939 por D. Ramón Areces situada en las calles Preciados, Carmen y Rompelanzas y que llevaba abierta desde 1890.
Existen un sinfín de cortes para traje de los cuales los principales son el” corte americano”, el “italiano” y, el más clásico de todos, el “corte inglés”, propio de los “gentelmen” británicos dedicados al cricket o al golf hasta la hora del té de la tarde. Se trata de trajes de telas pesadas en tonos azules, blancos y grises de hombros y cintura más alta, ajustados, con dos aberturas en la espalda y dos botones en la solapa. A eso se dedicaba la única tienda en Madrid con puertas y escaparates a tres calles.
Las letras de molde de los anuncios anteriores a la adquisición de Ramón Areces como éste a toda página del año 1909 son abandonadas en los años 40 por otras de aspecto caligráfico, la tipografía supuestamente manuscrita que todos conocemos, acompañándola con lemas publicitarios, primero un tanto arcaicos o castrenses como el “siempre a sus órdenes”, después algo más comerciales como “donde la calidad supera el precio” hasta llegar al archiconocido “si no queda satisfecho le devolvemos su dinero”.
Desde su aparición, la evolución del logotipo caligráfico no ha sufrido cambios relevantes respondiendo las grafías a un mismo esquema. Esta persistencia de tipos alimenta la hipótesis de que realmente obedece a un modelo de escritura particular que ha sido sublimado.
Así felicitaba las Fiestas a susclientes en la Nochebuena de 1947. Años más tarde, a finales de los 50, se optó por realzar esa preciada escritura inscribiéndola en un sencillo rectángulo negro o, a lo sumo, estilizarla ligeramente.
Finalmente, en 1961, su recién estrenado Director General de Publicidad, D. Joaquin Torres Esteban, reconocido artista internacional del vidrio ya fallecido, se limitó a sustituir el rectángulo por un triángulo aprovechando la felicitación navideña de rigor:
Pero ¿quién fue realmente el autor de esa escritura tan conocida?
Imaginemos que, a la vista del material disponible en las hemerotecas, formulásemos la descabellada idea de que la tipografía que ahora todos conocemos evolucionó a partir de una letra manuscrita. Entonces ¿qué mano la escribió?
Tratando de indagar en esta espinosa cuestión solamente hemos podido averiguar, a través de los posts publicados en la web de diseño áfico http://marcaporhombro.com/, los nombres de dos posibles autores de cuya mano habría salido la versión definitiva.
Uno, D. Enrique de Lara Barragán ya fallecido, que trabajó en una empresa de artes gráficas y al que le habría sido encargado el nuevo diseño.
El otro, D. Francisco Castillo, de 86 años, dibujante y escaparatista de El Corte Inglés y al que en su día se le hizo el encargo. Según su nuera, autora del mensaje y que, además dice contar con material grafico, su suegro “todavía se acuerda de cómo las dibujó y las repite tal cual, sin moldes, sin plantillas”.
A pesar de nuestros esfuerzos, nos ha sido imposible localizar a los familiares de Don Enrique o al propio Don Francisco o a su nuera por lo que con el fin de resolver este enigma aprovechamos la ocasión para solicitar la colaboración de cualquiera que supiera algo al respecto.